Hoy vamos a hablar de las protestas, de las huelgas, de las movilizaciones, de la gente que sale a la calle para exigir algo, para manifestar su desacuerdo.

Mucha gente se pregunta si sirven para algo las huelgas, si tiene sentido salir a Ia calle a protestar. La respuesta es clara: sí. Veamos algunos ejemplos de protestas sociales que cambiaron el mundo.

El primer caso lo podemos situar en Washington, en 1927, cuando un grupo de sufragistas decidieron concentrarse frente a Ia Casa Blanca todos los días. Durante los primeros meses no consiguieron nada, pero un año después el presidente Wilson aprobó en el Congreso el voto de las mujeres.

 El segundo ejemplo lo tenemos en Ia India. En 1930, a causa de un impuesto sobre la producción y la venta de Ia sal que venía de Londres, Gandhi comenzó una caminata por el país para protestar por la injusticia colonial. A Gandhi se le unieron miles de jóvenes, y diecisiete años después, Ia India consiguió la independencia.

El tercer ejemplo lo podemos situar en Sudáfrica, en 1976, concretamente, en Soweto. Los estudiantes de este barrio salieron a Ia calle para protestar por una nueva ley. En esa protesta murieron cientos de jóvenes, y a partir de ese momento comenzó la lucha contra el apartheid. Unos años más tarde, el líder del movimiento, Nelson Mandela, Ilegó a ser el presidente de su país.

Vamos con el último ejemplo. En 2003, en Liberia, las mujeres decidieron protestar por Ia guerra civil que estaban sufriendo en el país, y en la que murieron más de 50 000 personas. Con sus protestas consiguieron un acuerdo de paz entre el Gobierno y las dos fuerzas rebeldes. En 2011, Liberia se convirtió en el primer país africano que eligió a una mujer como presidenta.

Estos son unos ejemplos, pero no podemos olvidarnos que la mayoría de los derechos que ha logrado la sociedad no nos los han regalado; todos son gracias a millones de personas que un día decidieron no quedarse de brazos cruzados y salir a protestar.