21 de septiembre

Querido diario: 

No puedo creer que ya haya pasado un mes desde la última vez que escribí. Han sucedido tantas cosas en mi vida.... ¡No sé por donde empezar! 

La gran noticia: mis amigos y yo hemos decidido, al fin, trasladarnos al campo. Seguramente estarás pensando que estoy loca... Pero, diario, creo que nuestra decisión, aunque difícil, ha sido la correcta. Ahora te lo explico: 

¿Recuerdas cuánto me quejaba de los problemas de la gran ciudad en la que vivo? El caos del transporte, el tiempo que paso cada dia sentada (¡o de pie!) en el autobús, los altos precios, la contaminación.... Bueno, pues, todo esto se acabará muy pronto con el cambio que vamos a hacer. Estoy convencida de que la vida en el campo nos ofrece muchas ventajas. 

Primero, viviremos todos juntos en una casa grande. Hemos encontrado una casa preciosa, con un jardín y una huerta, y con todo lo que necesitamos por ahora. ¿Y sabes qué? Pagaremos menos renta de lo que pagábamos en la ciudad, en nuestro apartamento pequeño. Creo que esto será una gran ventaja para mí. Además, en la huerta podremos cultivar nuestros propios alimentos. ¡Eso será fantástico, todo orgánico y local! 

Por otro lado, escaparemos de la contaminación, estaremos más cerca de la naturaleza, con la posibilidad de dar pequeños paseos a diario y de disfrutar del aire libre y la tranquilidad. Ya hemos conocido a los vecinos. Nos ha sorprendido mucho que todos sean jóvenes, como nosotros, y además son muy amables. Parece que ya hay una pequeña comunidad en la zona, que no somos los primeros. 

Creo que mi nueva vida será mucho más agradable y no creo que eche en falta la ciudad. Tendré más libertad para disfrutar de mis pasatiempos, la música, la pintura.... Y por lo tanto, seré más eficiente en mi trabajo. Mis amigos y yo trabajamos desde casa, y solo necesitamos una buena conexión a Internet.  

En conclusión, me siento muy optimista por la decisión que he tomado. Te escribiré en los próximos dias y te contaré cómo van los preparativos. ¡Deséame suerte! 

Paula

14 de mayo

Querido diario, 

Hoy ha sido un día especialmente muy bonito. Andrés y yo hemos visitado el mercado hippie que se ubica en Santa Eulalia, un pueblo no lejos de la capital. Nos despertamos pronto para estar de vacaciones, a las ocho de la mañana para tomar el autobús que nos llevaría al mercado. Este era muy grande y viejo y estaba lleno de gente, la mayoría, tengo que decir, con gran pinta de turistas. Afortunadamente el viaje, aunque no muy agradable, solo dura treinta minutos. Nosotros no habíamos estado nunca enese mercadillo y aunque a Andrés no le apetecía mucho, a mí me hacía mucha ilusión. 

En el mercado había mucho puestos: de ropa, de sombreros, de bolsos y de cosas de artesanía. Había mucha gente, demasiada y, sobre todo, muchos turistas también, como en el autobús. A mí me encantó y compré muchas cosas, pero porque teníamos hambre nos fuimos. Encontramos cerca del mercado un restaurante con una terraza muy bonita y comimos unas tapas variadas. ¡Qué rica estaba la tortilla de patatas! ¡Y las croquetas, increíbles! Después de comer, ya nos desplazamos a la ciudad de Eibissa. Esta vez el autobús era más pequeño y no olía tan extraño.

Eibissa es una ciudad antigua, preciosa, con sus casas blancas, sus iglesias y sus tiendas pequeñas con muchos productos locales. Paseamos en las calles durante horas y nos gustó mucho y compramos algunos recuerdos para nuestras familias. Durante todo el día hizo un tiempo maravilloso, con sol, pero no demasiado calor, por lo que resultó el día todavía más bonito. 

Ahora Andrés está hablando con sus padres por Skype y yo quiero ducharme y arreglarme porque vamos a salir a cenar a un restaurante muy elegante que nos ha recomendado un amigo. Es nuestro aniversario. ¡tres años juntos! ¡No me lo puedo creer! Por eso, y porque me lo he pasado tan bien, he pensado que era un día muy especial y que tenía que escribir en tus páginas. Prometo hacerlo de nuevo pronto. 

¡Hasta la próxima!